miércoles, 16 de marzo de 2016

Feurozpa

Que no descansen tus huesos
Que la Tierra no te acoja en sus entrañas
Que no vuelvas nunca a ese abrazo uterino del que todos venimos y al que hemos de volver.

Las flores de tu corona
se regarán sólo con lágrimas
de rabia
de dolor
de miedo.

Nadie recordará tu nombre
Tus hijos crecerán confusos
venidos de la nada

Desapareces
Resígnate
y emprende con calma tu viaje al vacío.

Europa
paraíso feroz
aprietas el puño
para reventar los ojos de los niños sin esperanza.

Europa
utopía perdida
a tu paso crecen rosas
que sólo son espinas.

A duras penas se oyen los suspiros
por encima del ruido
de tantos estómagos hambrientos
de tantos cerebros vacíos.

Llegará el día en que hayas acabado
con todos los océanos de sangre
vísceras
de los sueños que hemos ahogado
pensando que no podíamos.

Que nadie podía salvarnos.

Y abrirás sedienta tus fauces
pestilentes
resecas
en busca de más.
Pero ya no habrá más.

Alguien extenderá sus alas
manchadas de petróleo
para borrar la pez de nuestros ojos
para gritar

ESTAMOS VIVOS
ESTAMOS MURIENDO
LEVANTAOS DE VUESTRAS SILLAS
ALEJAOS DEL ESPEJO OSCURO.

He visto hombres llorar
el dolor de constelaciones
con las lágrimas de hombres que lloraron siglos antes.

He visto mujeres
desgarrándose los vestidos y golpeándose el pecho
con la furia de mujeres que se golpearon el pecho siglos antes.

Pero también he visto flores
y he visto gente que se abraza con los ojos cerrados para ahuyentar fantasmas.

Cada latido sentido es un latido vencido.



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