domingo, 20 de octubre de 2013

Puerta de embarque número 33

  Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión; cuándo aterrizasen ya sería de noche. Daba igual, no habría ningún familiar insomne esperándole en el aeropuerto.

Santiago Espósito cerró su ventanilla preparándose para trece horas de vuelo. La mujer sentada a su lado lo miró con furia y encendió la luz de lectura con gesto indignado. Después de 20 años de ingrato trabajo, dos divorcios, una mala relación con su único hijo y varias reflexiones acerca del suicidio, Santiago no pudo más que resoplar con indiferencia: le encantaba volar, aunque quizá sólo fuera porque odiaba la tierra, donde todo le recordaba lo mediocre que era. Saboreó ese pensamiento, le encantaba volar. Era lo único que, aunque tampoco feliz, no le hacía más infeliz. En su mente tomó fuerza una idea de la que ya se había contagiado hacía mucho, como un virus. Pulsó el botón de llamada y una azafata sinuosa se acercó contoneándose.

-Un whisky, por favor. Que sea doble.

Tanteó en su equipaje de mano hasta hallar lo que andaba buscando, tomó su whisky y, con media sonrisa burlona, sólo le entristeció no poder ver la cara de su compañera de vuelo cuando se diera cuenta de que llevaba trece horas viajando al lado de un cadáver.


5 comentarios:

  1. Buf, así, con ésto, no ganas el concurso ni de coña.
    Ya te lo dice un anónimo, que a mí ni me va ni me viene, pero las verdades, aunque duelan, por delante mejor.

    Pero sigue así, ¡la esperanza es lo último que se pierde!, ¡animo!

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  2. Sara, no hagas caso de un anónimo que escribe "esto" con tilde y"ánimo" sin tilde. Este microrrelato tuyo está pero que muy bien. Lo mismo da si gana o no el dichoso concurso de la SER. No te falta talento, muchacha. ÁNIMO.

    Otro anónimo.

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    1. No suelo ser maleducado por costumbre, así que seré breve. No te fíes nunca de un pedante con complejo de corrector que además no entiende la ironía. Mi comentario era, obviamente, una broma, solo hay que fijarse en la forma de decir 'Ya te lo dice un anónimo'. Pero oye, perdona por la ofensa.

      Fdo. Juan Ferragud Sáez 'El anónimo'

      PD: Separa la 'y' de las comillas.

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  3. JFS, no te mosquees, hombre, y no confundas la pedantería con la corrección, ni las faltas de ortografía con las erratas.

    Fdo. El Anónimo Corrector

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  4. Viendo que la cosa está tranquila aprovecho para agradecer que esto no se haya convertido en una batalla campal de comentarios sardónicos. Lamento que se haya producido una confusión así en una de mis entradas, espero que todos (y me incluyo) encajemos mejor las críticas o el sentido del humor ajeno si algo así vuelve a producirse.

    Gracias por leer, Sara.

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