Gato rojo,
pájaro rojo.
La niña, con plumas negras color ceniza
(provocadas por el incendio)
baja la cabeza cuando camina:
Le da miedo cruzarse con su mirada
(le da vergüenza que le dé miedo, pero es que no puede evitarlo).
La niña espiedra
digo
espera sentada:
siente un nudo en la garganta.
No.
Siente un nudo en el pecho;
la carne, abierta y deshilachada, le ha enredado las costillas hacia dentro.
Tiene miedo del reencuentro
(en definitiva, siempre tiene miedo).
No quiere seguir siendo una niña bonita:
las niñas bonitas no se ensucian
y ella tiene las ideas
y tiene las manos manchadas de sangre.
Gato rojo,
pájaro rojo.
Patricia roja extiende las manos y ella escucha:
"No es suficiente"
"Así no está bien"
Pero Patricia pielroja dice con la mirada:
"No te lo creas"
Patricia pielroja habla, y la niña ya no vuelve a tener miedo.
Un rayo amarillo de luna se tropieza en el charco
y la niña de sombra da vueltas en torno a la niña de sangre,
niña agrietada que espiedra
y espera.
La niña de sombra y la niña de sangre se besan
mientras flotan en el agua.
[Poema rescatado de una libreta vieja, datado del 16 de Agosto de 2017]
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